Introducción
La acequia del Molí, que venimos siguiendo desde hace un rato, es un hábitat fantástico para muchas especies de pájaros. De todas ellas, quizás el carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) sea una de las que mejor representan el entorno.
El carricero tordal se siente aquí como en casa, nunca mejor dicho; puede aprovechar los carrizos que vemos para construir su nido en medio. Su canto estridente inconfundible puede distinguirse desde muy carca, pero su coloración amarronada nos exige paciencia para poderlo ver sosteniéndose en alguna caña, tal como suele hacer, a pesar de sus dimensiones relativamente grande. Básicamente se alimenta de insectos, si bien los hay algunos más listos que consiguen, en ocasiones, capturar algún pececito.
No nos ofusquemos si no vemos ninguno, ya que durante la ruta podremos disfrutar de otros pájaros como cigüeñas, espulgabueyes, ratoneros comunes, abejarucos y muchos más.