Introducción
Nos encontramos en uno de los pocos bosques que podemos ver cerca de la ruta de hoy, concretamente en un encinar abierto con una gran diversidad de arbustos.
Uno de los arbustos más destacados de la zona son los jaguarzos, unas especies muy adaptadas al clima mediterráneo. Estos vistosos arbustos, cuando están en flor, tienen una fuerte relación con los incendios que con frecuencia afectan a los ecosistemas mediterráneos. A diferencia de muchas otras especies que pueden rebrotar tras el fuego, los jaguarzos producen un número inmenso de semillas que quedan en el suelo formando lo que se conoce como banco de semillas. Estas semillas soportan las altas temperaturas del fuego y, además, tras el fuego, germinan para reocupar el espacio. Esta increíble estrategia puede parecer un superpoder, pero son muchas otras las especies que también tienen esta adaptación.
Concretamente aquí encontramos el jaguarzo blanco que, contradictoriamente, produce unas bonitas flores rosas. Debe el nombre a la coloración blanquecina de las hojas. También encontramos jaguarzo morisco, de hojas ásperas y flores blancas.