Introducción
De nuevo, las condiciones del torrente favorecen el sotobosque del encinar. Aquí encontramos lianas como las hiedras y las zarzaparrillas; también el lentisco y la aladierna. Grandes pinos piñoneros ocupan el sitio del encinar originario. Encontramos también encinas debilitadas, en alguna de las cuales el pito real ha intentado construir su nido. (3 huecos en el tronco). En el torrente, las encinas se hacen más grandes. Tanto, que alguien consideró que merecía la pena sacarles la corteza. La operación de la extracción del corcho se realiza en verano y moviliza a grupos de corcheros que se dedican a su extracción, que podemos localizar en espacios donde predominan los alcornocales desde mediados del siglo XVIII. El trabajo consiste en hacer un corte circular con el hacha en el tronco del árbol, desgajar longitudinalmente la corteza y sacar el corcho con la ayuda del mango del hacha o de un bastón. Los corcheros eran ‘‘hombres de bosque’’, gente que, aparte de extraer el corcho en verano, pasaban largas temporadas en espacios forestales explotando los distintos recursos que el bosque les proporcionaba (leña, resina, piñas...)