Introducción
Cruzamos un alcornocal. Árboles pequeños y a menudo con distintas bases, rebrotes de la recuperación de un bosque quemado o sobre explotado que tiene que crecer sobre un suelo fino, rocoso y seco. Los alcornoques son propios de estos terrenos silicios, arenosos, de climas temperados y relativamente lluviosos. Cuando coexiste con encinar, el alcornoque se desplaza a las vertientes mas soleadas y secas. Las encinas quedan en valles y torrentes sombríos. Las especies que acompañan a los alcornoques son semejantes a las del encinar litoral, pero con variaciones en lugares donde el bosque se ha alterado. De esta forma, encontramos en su mayoría, brezo, enebro, romero y estepas entre otros. En los sitios más húmedos crecen los durillos, falsas aladiernas y madroños.
Son buenos bosques para encontrar setas preciadas como la oronja (Amanita caesarea). Al atardecer, podemos encontrar escarabajos gigantes volando como el capricornio mayor de los robles (color oscuro, casi negro, con antenas largas y finas) y el ciervo (color oscuro, con mandíbulas que nos recuerdan los cuernos de un ciervo).