Introducción
Des de debajo de la torre y los jardines de la Puda y hasta llegar al puente Nuevo, tenemos unas buenas vistas de este sector de las terrazas fluviales del Ter, bajo el pueblo.
El paisaje que hoy vemos está fuertemente transformado: el hombre lo ha adaptado a sus necesidades: asentamiento, aprovechamiento de los recursos, comunicaciones, etc.
El robledal que bajaba por la umbría de Tres Creus hasta enlazar con el bosque de ribera del arroyo de Arçamala y el río Ter, al llegar a la llanura del valle, se fue rompiendo para establecer construcciones y campos a sus alrededores (el pueblo, la Plana). Por debajo, las terrazas de inundación del río donde el bosque de ribera se alternaba con zonas inundadas, balsas naturales o ramales de río, también se fueron aclarando para ubicar los cultivos intensivos de huerta, fáciles de regar y sobre terrenos llanos y fértiles. El bosque de ribera que protegía el cauce del río de las avenidas, se fue reduciendo significativamente hasta el punto donde hay tramos de río en que no hay.
El agua del río se deriva en acequias para regar la huerta o en canales, a partir de la esclusa, para llevar el agua a la mini central hidroeléctrica de Comamala que tiene delante.
En conjunto, un paisaje que si se gestiona correctamente aumenta su biodiversidad al crear nuevos hábitats de transición entre los naturales y los antrópicos. Actualmente este tramo de río entre Ripoll y Camprodon está catalogado como Espacio de Interés Natural: el de las Riberas del Alt Ter.