Introducción
Estas construcciones son más que un simple cobijo. Pensadas para realizar estancias más prolongadas cerca del ganado. Para dormir, comer, guardar utensilios, sal, etc. Incluso en algunas se podía estabular algún animal que necesitara atenciones.
La no existencia de masías dispersas por el territorio, debido a las difíciles condiciones, hizo que la gente que vivía en el pueblo usara estas cabañas como bordas para tener el ganado recogido en invierno. Junto a él también se hacían cultivos y, como veis, abundan los prados.
Seguimos rodeados del bosque caducifolio, ahora salpicado también de otras especies como el serbal.
Enfrente vemos los prados de altura de las sierras de los Moros y El Catllar. Debajo nuestro, el torrente de El Catllar por donde bajaremos.