Introducción
Encontrará pinos muertos, unos en tierra y otros en pie. La madera en descomposición aumenta la biodiversidad en el bosque, favoreciendo el estadio larvario de muchos insectos (a menudo escarabajos) y al mismo tiempo pájaros que se las comen. En los troncos derechos, los pájaros carpinteros negros pueden hacer el nido.
El arbusto bajito y punzante que veis es el enebro y, en medio, sobresalen unas plantas que nos llaman la atención, ambas fuertemente tóxicas. Una con hojas divididas y con una espiga de flores azules muy bonitas: es el acónito. La otra tiene una roseta de hojas basales grandes y enteras que en julio hace una espiga alta de flores muy discretas de color verde amarillento: el vedegambre.
El acónito o acónito azul es MUY TÓXICO en toda la planta, especialmente rizomas (raíces) y semillas. En caso de ingesta de alguna parte de la planta, la muerte puede sobrevenir al cabo de una o dos horas de la ingesta como consecuencia de las arritmias o por parálisis respiratoria causada, a veces, por un edema pulmonar. El acónito ya era conocido en Asia hace más de 2.000 años, donde se había utilizado como veneno para flechas y como agente homicida. En Europa se había utilizado en ejecuciones durante la edad media.