Introducción
Estamos en el puente de Rosell. Vía Romana que sube al puerto de Àger (hay tramos bien conservados). El agua del río se derivaba por canales para llenar el lavadero y las balsas de los huertos por los que hemos pasado. A pesar de la vegetación de ribera, los plátanos son el testimonio vivo de que era necesaria una buena sombra cuando se hacía la colada.
Entre las plantas ruderales que rodean el lavadero hay que destacar el Arctium lappa: "bardana" es uno de sus múltiples nombres populares, de grandes y aterciopeladas hojas. Las raíces en forma de nabo y las hojas tienen numerosos usos medicinales.
A lo largo del itinerario, si prestáis atención, oiréis el canto de un hermoso pájaro: la oropéndola (foto). Difícil de ver si no es volando o parado encima de los chopos. Es arisco y desconfiado. Sólo viene en verano a criar y a finales de agosto vuelve hacia África. Puede ser sorprendido en las higueras comiendo su fruto favorito.
Si miráis el tronco de los chopos muertos, veréis los agujeros de antiguos nidos de pico picapinos. Es otro hermoso pájaro, residente todo el año. Seguro que le oiréis repicando los troncos. Es un reclamo que utiliza para marcar el territorio.