Introducción
Subimos ahora por el barranco de Pamano. Encima a la derecha pronto veremos el pueblo de Bernui.
Estamos en la umbría llamada El Bago, y el camino es el de la Mata del Llop. En este sitio, el bosque dominante es el robledal, pero en la parte baja, donde estamos ahora, es una avellanar, formación de transición entre el bosque de ribera del barranco, formado por fresnos, y los robles de la parte superior, un bosque abierto con prados de pasto. Es aquí donde están los mejores prados de siega del término.
Los avellanos son fáciles de identificar porque no tienen un tronco único sino un cuello lleno de rebrotes largos y delgados. Las avellanas se cosechan del suelo cuando son maduras en septiembre u octubre. Cada dos o tres años hacen una producción fuerte. Las hojas en infusión se utilizaban para bajar la fiebre y, aplicadas en cataplasmas, ayudaban a cicatrizar heridas.
El crecimiento de los árboles formando bardas ha sido aprovechado para cerrar los perímetros de los prados de manera natural.
Entre los avellanos también encontramos álamos y arces blancos, todos ellos árboles que acompañan a los robles.
La parte del suelo está lleno de hermosas flores, como la hepática (hojas con manchas blancas), aguileñas (foto), violetas y prímulas de color amarillo.
La aguileña tiene muchas propiedades terapéuticas, conocida ya por los romanos. Sus semillas, molidas y maceradas en aceite de oliva, se ponen en la cabeza para repeler a los piojos.