Introducción
Se hace evidente que caminamos por la solana. Allí donde se calienta más el suelo y donde abundan las rocas, crecen una serie de plantas adaptadas, a menudo aromáticas, tal como ocurre de manera habitual en la montaña baja mediterránea.
Una especial adaptación la presentan las plantas crasas, con hojitas carnosas llenas de agua. Son la consolva matafuegos y las uñas de gato, que se pueden ver en las grietas y pequeños repisas de la roca.
Las demás, también adaptadas, son las aromáticas. Aquí encontramos la satureja y el serpol (foto), similar al tomillo de la tierra baja.
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