Introducción
Somos junto a uno de los pocos campos de almendros que deben quedar. Abajo, también algunos olivos residuales.
Mirando atrás tenemos unas buenas vistas de los valles del Sió y del Llobregós. Nos acercamos a las cordilleras que cierran por el norte esta página central.
En verano, al entrar en el pueblo nos sorprende la abundancia de golondrinas que vuelan por las calles y el alboroto que hacen los estorninos negros (foto). Estos anidan en los tejados o en agujeros de muros hacia mediados de mayo. De día van a los campos a comer semillas e insectos. En invierno llegan bandadas de un primo suyo, el estornino común, que dibujan un espectáculo de formas en movimiento en el cielo.
Foto: De Luis García, .wikimedia.org