Introducción
El Fort del Pi, desde el punto de vista arquitectónico y bélico, es una estructura fascinante. Su base es una torre circular de 10 metros de diámetro, con una única entrada elevada a 1 metro del suelo, que da acceso a un espacio interior de unos 8 m². Construida con piedra y ladrillos unidos con mortero de cal, la torre se eleva hasta unos 12 metros en dos plantas.
En 1873, se añadió un cinturón de casamatas de ladrillo y un cañón de 8 cm de longitud con un alcance de 3,5 km, complementando su función defensiva. A pesar de su apariencia compacta, el fuerte estaba destinado a albergar a unos 60 hombres, una compañía militar, aunque no todos podían entrar en la torre.
Inicialmente, se construyó un parapeto alrededor de la torre con la colaboración de 100 trabajadores. Este muro de tapial estaba cubierto con tierra compactada y se desplegaba por todo el cerro, proporcionando un elemento defensivo y ofensivo esencial en su estructura de protección. La arquitectura también integraba elementos como muros interiores que formaban espacios rectangulares y que estaban revestidos con baldosas de terracota. En el interior aún pueden observarse restos de la construcción, incluidas aberturas reforzadas con hileras de ladrillo, que podrían indicar el uso de estas estructuras como puntos de defensa y vigilancia. Los restos de la muralla exterior también son significativos, aunque el estado actual de degradación impide una definición precisa del uso de algunos espacios.
El fuerte fue declarado Bien Cultural de Interés Local por el Ayuntamiento de Santa Margarida de Montbui debido a su relevancia arquitectónica, histórica y paisajística. Su integración en las rutas de patrimonio local ha permitido que se mantenga como un elemento identitario y un atractivo turístico de la zona.
