Introducción
Al final del pasaje de plátanos se encuentra plantado un imponente roble (Quercus robur), apenas a la entrada de los jardines de Can Jalpí, pero no es un árbol cualquiera sino que tiene mucha historia.
Este árbol fue plantado a finales del siglo XIX por Doña Sofía de Algorta y de Albaroa, una rica dama de Leketio (País Vasco) que fue la mujer de Don August Borràs-Jalpí de Mercader. La nostalgia de su tierra llevó a Doña Sofía a plantar un retoño del Árbol de Gernika para sentirse más como en casa.
El Árbol de Gernika auténtico murió ya hace unos años y lo que hay ahora es de una generación más joven que el de Can Jalpí. Para volver a plantarlo, vinieron a buscar una bellota del vástago centenario de Arenys de Munt.
Este árbol, por los vascos, simboliza las libertades vizcaínas. El roble se encuentra protegido con una valla metálica donde se lee: Gernikako Arbola, que significa "árbol de Gernika".