Introducción
El nombre del Puig de la Caritat lo recibe en recuerdo de la procesión que el abad de L’Estany organizó el 1481 para librar a la población de una plaga de langosta que arrasó con los cultivos de la zona. La gente estaba asustada y decidieron pedir protección a la Virgen Santísima y organizar una procesión hasta el monte donde el abad bendijo al pueblo. Terminada la bendición, se repartió un bocado de pan y un trago de vino a los asistentes.
El Puig de la Caritat es una de las montañas más altas del entorno. Desde la cima se puede ver, en el lado norte, desde el Canigó hasta el Port del Compte, sobresaliendo el Costabona, el Bastiments, el Puigmal y la Tossa d’Alp. Siguiendo el sentido de las agujas del reloj, también vemos el Lluçanès, las Guilleries, los acantilados de Cabrera y El Far, el Montseny y el Matagalls. Muy cerca, el Puig Rodó, las montañas de Gallifa, el castillo de Granera, Sant Llorenç del Munt, con la redonda Mola, son el preludio de la majestuosidad de Montserrat. A poniente, se adivinan las mesetas de la Segarra y la sierra del Montsec. A los pies, los valles cercanos de la Gavarra y del Llobregat, con Manresa, la capital del Bages.
La loma donde nos encontramos es conocida como de los lliris (lirios), por la abundancia de esta flor en el mes de mayo, coincidiendo con la romería.