Introducción
Uno de los principales valores del Lluçanès es su extensa matriz agroforestal, un mosaico territorial muy antropizado pero con unos valores naturales de primer orden, ya que la combinación de espacios cerrados como los bosques, que ofrecen refugio y lugar de cría a mucha fauna, con espacios abiertos, como los cultivos y los prados, juega interesantes dinámicas ecológicas.
Una de las partes más interesantes de este mosaico agroforestal, son, más allá de los bosques con cierta continuidad, las pequeñas franjas de vegetación diversa que podemos ver entre campo y campo a lo largo y ancho del territorio, refugio inmediato a los espacios abiertos y lugar de alimento para muchas especies, sobre todo de avifauna, como el pinzón (Fringilla coelebs), el carbonero común (Parus caeruleus), el verderón (Carduelis chloris) y el jilguero (Carduelis carduelis), pero también es refugio para reptiles, como la lagartija y el lagarto común.
Este paisaje agroforestal es ideal para algunos rapaces diurnas, como el cernícalo (Falco tinnunculus), el halcón peregrino (Falco peregrinus) y el ratonero (Buteo buteo), mientras que entre los nocturnos cabe mencionar la lechuza (Tyto alba) y el búho real (Bubo bubo).
Más adelante hablaremos del cernícalo.
Nos encontramos con las marcas de GR que nos acompañarán un rato, hasta más allá del Mas del Castell.