Introducción
El paisaje que vemos ahora ha cambiado mucho en los últimos 50 años. Ahora pasamos por un espacio abierto, una terraza aluvial desnuda de vegetación, donde se distinguen los senderos que hace el ganado en estas partes más llanas. Las riberas han sido históricamente muy explotadas debido a la presencia de agua, la morfología llana de este entorno y la fertilidad de los suelos.
Grandes espacios de cultivo han pasado a ser zonas urbanas, industriales, red viaria o también plantaciones. La disminución de los cultivos ha significado casi la desaparición del regadío, lo que ha supuesto un impacto negativo en el nivel freático del río. Este hecho ha comportado la desaparición de muchos pozos de agua, de los cuales todavía podemos ver algunos vestigios.
A pesar de haber disminuido la superficie dedicada a la agricultura, aún se mantienen algunos campos de cultivo y de regadío. Muchos de los campos que ahora vemos se han adecuado para poder volver a hacer un uso agroganadero, se ha añadido tierra vegetal y se ha preparado el terreno para acoger la nueva actividad. En estos espacios abiertos es fácil ver el cernícalo (Falco tinnunculus) y con un poco de suerte algún ratonero (Buteo buteo) procedente del Montseny o el Montnegre.