Introducción
Con suerte, en una misma ruta por estos valles, podemos encontrar corzos en las partes bajas más próximas al bosque y rebecos y muflones en los prados superiores. La distribución en altura de estos ungulados varía a lo largo del año, en función de la disponibilidad de alimento, condicionada por la sequía estival, el paquete de nieve invernal, etc.
Estos valles, siempre han sido territorio de los rebecos. Los corzos han aparecido recientemente gracias al éxito de las repoblaciones llevadas a cabo en cotas inferiores y que, la dispersión propia de los individuos, ha traído hasta aquí.
El caso de los muflones(foto) es diferente. Los ejemplares que encontramos son fruto de introducciones francesas que se hicieron durante los años setenta en la vertiente norte del Puigmal.
El muflón se encuentra muy localizado aquí en el valle de Nuria y en la Fontalba. Busca espacios abiertos en la alta montaña, más o menos accidentados y poco inivados en invierno. En invierno baja a la zona de arbustos y bosque de pino negro. En verano se traslada a la vertiente francesa, donde encuentra frescor y pastos más tiernos.
Las hembras y crías forman rebaños independientes de los machos, y solo en época de celo (oct-nov) ambos rebaños se encuentran. Las luchas de los machos, golpeando sus cuernos en fuertes embestidas, son espectaculares. El dominante puede montar la hembra y la gestación dura 5 meses. Las crías nacen entre marzo -abril. La esperanza de vida está sobre los 18-20 años.