Introducción
No se quede aquí, entre en la villa vieja. A nuestra derecha, la ribera de Pelanca con una bonita sauceda que, aguas arriba, nos lleva a la Collada Verda.
Pueblo encumbrado, a salvo de lo que fue el castillo encima de la roca (quedan restos). El grupo de casas que lo conforman se encuentran escalonadas y adosadas al peñasco, desde donde se puede apreciar la iglesia de la Pietat, un edificio de origen románico (de mediados del siglo XII) que ha sido reformado más de una vez. La Roca se caracteriza por ser catalogado como bien cultural de interés nacional. Se respira un aire antiguo al pasear por sus callejuelas.
En el siglo XIV, el castillo de la Roca reunía las mejores condiciones de defensa de los alrededores. En ese momento pertenecía a la familia Desbac. Las buenas condiciones propiciaron que Juan II, durante la guerra de los remences, estableciera en él el comandamiento de la capitanía. Junto con el castillo de Camprodon, formaban un buen lugar de control y protección a toda la comarca.
En el siglo XV las capitanías fueron abolidas por el rey Fernando el Católico. Siglos después, en 1843, el castillo perteneció a Josep Domingo, tendero de Vic, que lo había comprado a los Descatllar. Finalmente la señoría desapareció definitivamente con la expropiación estatal en 1854.