Introducción
Entramos en pleno dominio de la garriga, también denominada matorral de coscoja, comunidad vegetal baja y que, aunque no lo parezca, guarda una interesante actividad en su biodiversidad. En función del lugar, el tipo de garriga que abunda varía, pero siempre se caracteriza por contener, por encima de las otras especies, la coscoja, un arbusto del mismo género que las encinas y los robles (Quercus), siendo el más acostumbrado a suelos extremadamente finos, secos, calcáreos y pedregosos, como sería el caso de gran parte del macizo del Montgrí. Constituye en cierto modo el tipo de vegetación natural de la zona. Según los lugares, podemos hablar de diferentes tipos de garriga: Con junquillo, especialmente en el valle de Santa Caterina, con cornicabra o, también, con jaguarzo, lo más predominante, principalmente en lugares alterados o en los que ha habido incendios, dando facilidades a esta variedad con especies más heliófilas: el jaguarzo, el romero, el tomillo, el torvisco...
Por lo que a fauna se refiere, es fácil ver el lagarto común, la culebra de escalera y la culebra amarilla, conejos... Las aves más emblemáticas de la garriga, sin embargo, son el aguilucho cenizo, el cernícalo vulgar y el águila perdicera, en peligro de extinción y sometida a intenso seguimiento en la zona. Si andáis sigilosamente quizás veáis alguna...