Introducción
Las barracas de piedra seca y los aixarts (nombre que reciben los muros resultantes de despedregar el terreno para el cultivo) son un buen testimonio del aprovechamiento humano de los recursos que nos ofrece el Montgrí junto con los hornos de cal que hemos visto anteriormente.
Esta barraca en concreto corresponde a una barraca monumental que ha sido reconstruida recientemente. Presenta una planta circular y una estructura escalonada.
Las barracas de este tipo eran las más complicadas de construir y a menudo necesitaban la intervención de un barraquista. Son muy resistentes, se solían construir lejos de núcleos urbanos y los campesinos o pastores evitaban tener que las idas y vueltas del pueblo cada día o tener que transportar pequeñas herramientas.
Servían para protegerse del mal tiempo, de las horas de máxima insolación del verano, para guardar las herramientas de mano o los alimentos y el agua.
Alrededor de la barraca encontramos diversos restos de los muros denominados aixarts y algunos olivos que son muestra de la antigua explotación agrícola de los altiplanos.