Introducción
En el margen de las acequias y los torrentes del Ampurdán podemos encontrar fácilmente colas de caballo. Las colas de caballo son plantas muy primitivas que no han evolucionado mucho desde que los vegetales empezaron a colonizar el medio terrestre. De hecho, se conservan restos fósiles de hace unos 250 millones de años. Durante la época del carbonífero, que es cuando se formaron las grandes de reserva de combustible fósil, eran muy abundantes. A pesar de tener un aspecto bastante diferente, son un grupo muy emparentado con los helechos.
Concretamente, las colas de caballo se utilizan mucho como diuréticas gracias a sus flavonoides, sales de potasio y sales silícicas. Sus tallos se desecan para después hacer infusiones con ellas. Es necesario, sin embargo, tomarla con moderación para evitar efectos secundarios no deseados.