Introducción
Vemos aquí unos olivos realmente viejos, centenares de años han esculpido cepas y troncos enrollados y agujereados. Estas cavidades son escondites para pequeños mamíferos como los ratones (Mus sp.) y las musarañas (Crocidura russula) que crían en agujeros de los márgenes de piedra seca. Las musarañas rastrean bajo las piedras y corren de cepa en cepa buscando insectos para alimentarse. Estos diminutos mamíferos, a la vez son alimento de rapaces, de día tienen que esquivar al cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) inconfundible cuando corteja suspendido en un punto fijo del cielo. De noche y en horas bajas, camuflado entre las ramas, es el mochuelo europeo (Athene noctua) quien se les lanzará encima.