Introducción
Un cultivo ancestral.
Haremos un paseo por el rodal de Roses. Rodearemos el barrio de Mas Oliva siguiendo la Riera dels Ginjolers en el valle de la Alzeda. Subiremos ligeramente por la vertiente solana, desde donde podremos admirar el antiguo cultivo del olivo con vistas de la bahía al fondo.
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TipologíaCircular antihorario
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DificultadFamiliar
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Duración1 hora 30 minutos
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Pendiente80.00 meters
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Distancia3.70 km
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TemaFlora y faunaMedio ambientePaisajístico
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ActividadA pieEn bicicleta
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Valoración
Gráfico de pendiente
Descripción
Un cultivo ancestral.
La ruta empieza en la entrada de la urbanización del Mas Oliva. El primer tramo seguimos por el cauce de la Riera dels Ginjolers en paralelo a la calle Oslo. Siguiendo la riera podremos ver los juncales a la sombra de álamos bancos (Populus alba) y álamos negros (Populus nigra). En segunda línea, algún alcornoque (Quercus súber) acompañado por sauzgatillos (Vitex agnus-castus), aladiernas (Rhamnus alaternus) y espino blanco (Crataegus monogyna).
Se acaban las edificaciones, continuamos por una pista y ya veremos las primeras cepas atornilladas de los centenarios olivos que hace más de dos milenios que se cultivan en nuestro país. La ruta sube ligeramente, las vistas de la villa de Roses y toda la bahía quedan al descubierto. En primer plano un mar grisáceo de olivos y al fondo la mediterránea plateada. Planearemos siguiendo un sendero, acompañados por plantas pirófitas, especies que se ven favorecidas por los incendios, la estepa negra (Cistus monspeliensis), el brezo blanco (Erica arborea), el lentisco (Pistacia lentiscus), la espina santa (Paliurus spina-christi), conviven con plantas americanas como la pita (Agave americana) y el nopal (opuntia ficus-indica). Por estos senderos tan concurridos durante el día por personas y animales de compañía, durante la noche se deslizan zorros, jabalís, garduños, tejones y otros mamíferos. Pájaros como las currucas y los herrerillos, viven todo el año y de entre los brotes, es fácil que nos salga un vuelo de perdices.
Volveremos a bajar suavemente por una pista que pasa en medio de campos de olivos pulcramente trabajados. En los márgenes de piedra seca se esconden todo tipo de invertebrados y pequeños roedores como los ratones y las musarañas. Los cernícalos de día y los búhos de noche, tienen en este entorno una despensa asegurada. Estos Olivos perfectamente alineados y calzados, de las variedades argudell y verdal, proporcionarán un aceite de extraordinaria calidad.
Consejos
TRAZADO
- El trazado es cómodo y con muy poco desnivel.
- Gran parte del recorrido transcurre por pistas.
AGUA
- Hay que llevar agua, ya que no encontraremos fuentes.
PRECAUCIONES
- En períodos de lluvias fuertes el tramo que va por la riera, lo tendremos que hacer por la calle paralela.
- Respetar los cultivos y las propiedades privadas.
METEO
- En verano evitar las horas de máxima insolación. Utilizar cremas solares.
- En invierno, en días de tramontana, se tendrá que utilizar ropa adecuada.
TERRENO
- Calzado cómodo.
MATERIAL
- Gafas de sol, prismáticos, máquina fotográfica.
OTROS EQUIPAMIENTOS
- Durante casi todo el recorrido, iremos encontrando carteles y unas señales en forma de flecha de color rojo, que no tenemos que seguir.
Guárdate la ruta
Que ver en: Olivares de Roses
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