Introducción
En los bancales abandonados donde hace muchos años había viña, ahora después de varias visitas del fuego se resiste un numeroso grupo de plantas semileñosas de porte bajo y medio. Forman el brote: la jaguarzo morisco (Cistus monspeliensis) con sus primaverales flores blancas y hojas pegajosas. El tomillo borriquero (Lavandula stoechas) mata aromática, en verano abre sus flores violetas con unos pétalos que recuerdan a las orejas de un burro. El torvisco (Daphne gnidium) de hojas estrechas e irritantes, es de los primeros en rebrotar después de los incendios. El brezo arbóreo (Erica arborea) si se le da tiempo, acaba alcanzando alturas considerables hasta convertir el brote en una maquia.