Introducción
Si miráis hacia delante, aún podemos averiguar el paisaje abancalado con numerosos y pequeños márgenes de piedra seca y pequeños bancales donde se hacía la viña. También encontraremos alguna barraca de viña y a la vez refugio de pastores.
El actual paisaje del Cap de Creus es heredero de los espacios agrícolas que se empezaron a abrir finalizado el primer milenio y que, con diferentes altibajos a lo largo de la historia, perduraron hasta finales del siglo XIX y inicios del siglo XX. La viña desapareció con la filoxera hacia finales del XIX y se volvió al cultivo del olivo que sufrió las heladas del 1959. Cuando se supo como hacer frente a la filoxera empleando injertos americanos, el tipo de relieve abrupto, la difícil mecanización de este, la baja productividad y los precios, lo hicieron inviable.
A partir de este momento de abandono, la sucesión vegetal empieza a darse pero son los pastos de cabras y ovejas (que en 1960 aún los había) y los fuegos, los responsables de que esta evolución no pase del matorral que veis.
A menudo, los fuegos estaban provocados para conseguir pastos para el ganado trashumante que baja del Pirineo en invierno.
Vemos Roses y los Aiguamolls de l'Empordà, donde la agricultura cerealística y forrajes, era más productiva.