Introducción
El paisaje vegetal que veis es consecuencia de factores como el clima mediterráneo de inviernos suaves y veranos largos y secos; el suelo pedregoso; el fuerte viento de tramontana, seco y frío; la proximidad del mar y las brisas marinas y sobre todo la acción del hombre transformando el paisaje vegetal original (cortando bosques de alcornoques y encinas) para conseguir pastos y cultivos; por último estos pastos y los incendios de las últimas décadas han detenido la sucesión vegetal en el estadio que vemos: matorrales bajos en forma de brotes y garrigas silicícolas, pradejones y lastonares. Son matorrales de hojas pequeñas y persistentes, algunas punzantes, a menudo aromáticas y de bonitas floraciones (estrategia para poder adaptarse a estas duras condiciones). Justo delante tenéis el jaguarzo morisco (flor blanca primavera), el tojo (pincha y florece de amarillo en invierno); también encontraremos jara blanca, cantueso o tomillo borriquero, romero y aulaga negra.
Donde las condiciones son más favorables: umbrías y sitios húmedos, fijaos que dominan unos arbustos altos de hoja persistente, transición al encinar perdido: los brezos.
Muy puntualmente encontraremos algunos alcornoques, cerca de Can Caussa, testimonios del antiguo bosque.