Introducción
Los alrededores de los pueblos han sido cultivados de antiguo para hacer huerta, patatas y cereales. Hoy en día todavía quedan pequeñas huertas y algún campo de patatas y de cebada, pero los cereales han sido sustituidos por forrajes para el ganado, principalmente leguminosas y hierba.
Algunos de estos campos se riegan y se aumenta así la producción. La hierba se corta en verano cuando los rebaños están en la montaña y sirve de alimento invernal cuando están en las granjas.
Los terrenos próximos se margenaban tanto como era posible y por eso vemos tantos muros de piedra. Se ganaba superficie útil para cultivar. Estos muros se llenan de plantas crasas como las uñas de gato (foto) y las consolvas.
Este mosaico de espacios abiertos rodeados de bosque son ricos en biodiversidad. Abunda la floración y por lo tanto hay muchas mariposas y otros insectos. Aves como el escribano cerillo, los verdugos y grandes rapaces, como las ratoneras o los milanos, los sobrevuelan cuando cazan.
El bosque es también diverso. Estamos en el dominio del roble, salpicado de fresnos, arces y algún almez. Las encinas aparecen en las solanas más secas.