Introducción
Alrededor del pueblo, por una cuestión de comodidad, encontramos los huertos y algún árbol frutal. Hoy son un casi un entretenimiento, pero años atrás formaban parte de la autosuficiencia de estas gentes. A los otros pequeños campos también se hacían patatas y judías. Esta práctica se ha dejado para centrarse principalmente en el heno para el ganado. Encontraremos bebederos y comederos, ya que también pasa unos días en ellos el ganado antes de subir a los pastos de montaña o, más tarde, cuando bajan.
Por el lado del camino empedrado y con muretes que protegen los campos, encontramos algún fresno y algún olmo descabezados. El follaje de los fresnos también se utiliza para alimentar al ganado. Aquí quizás los han cortado para evitar que hagan sombra a la huerta.
A pie de los muretes y junto al camino, encontramos multitud de hierbas y flores. Algunas tóxicas como los ranúnculos del tipo botoncito amarillo, con pétalos amarillos que parecen esmaltados (foto), y otras empleadas desde antiguo, como la milenrama (foto) por su poder cicatrizante, o las inmensas hojas aterciopeladas de la Arctium lappa, también medicinal.