Introducción
Después de un buen rato caminando, podríamos descansar, ¿verdad? Lo haremos en la antigua fuente de Ocata (también llamada de la Eucata), fechada en 1919 y propiedad de la familia de Can Mata de la Garriga, que durante muchos veranos fue un lugar de esparcimiento y meriendas para la gente del pueblo, que disfrutaba del agua fresca en la glorieta modernista.
El término Ocata también ha dado nombre a una masía y a algunos accidentes geográficos del término municipal, como el torrente de Ocata, ¡y cuidado de no confundir la sierra de Ocata con la sierra de la Fuente de Ocata, que es por donde caminamos ahora! Esta zona también fue un área de hallazgos paleontológicos vallesianos durante los años 50. Se encontraron antílopes, ciervos, cerdos, erizos, musarañas, topos, calicoterios y hámsteres. Nos llaman la atención dos especies: el Micromeryx flourensianus (un ciervo mezquino de tamaño pequeño que se diferencia del resto porque no tiene cuernos y muestra unos colmillos muy desarrollados) y el Prolagus oeningensis (una pica que se diferencia de los conejos y liebres por tener las orejas muy cortas y no tener cola).




