Introducción
En el centro de esta plaza encontraréis el Monumento a la Sardana, una escultura hecha con planchas de hierro que representa cuatro dansaires (bailarines) en corro, con los brazos alzados. Son figuras sencillas, dos de hombres y dos de mujeres, de tamaño natural y sin base, como si surgieran directamente de la tierra.
El monumento fue un regalo de la Associació Cultural Recreativa Sigarra y se inauguró en el año 1975, poco antes de la muerte del dictador Franco. En aquel momento, los símbolos de la identidad catalana, como la sardana, empezaban a recuperar presencia pública después de años de represión.
Hoy, como en muchas otras poblaciones del país, este monumento recuerda el espíritu colectivo y festivo de nuestro baile más emblemático.