Introducción
La Vinícola de Santa Margarida de Montbui es un ejemplo destacado de la arquitectura industrial modernista catalana del siglo XX, que conserva la esencia del pasado a pesar de las transformaciones que ha sufrido a lo largo de los años. Originalmente conocida como Cal Munguet o la tenería de Joan Valls, fue fundada en 1904 y representó un importante impulso para la industria local. El complejo se compone de dos naves interconectadas, decoradas con ladrillo visto y elementos de forja, que confieren al edificio un carácter único. La estructura, que incluye una planta baja, un primer piso y un segundo piso con tejados inclinados y cubiertas a dos aguas, se adapta perfectamente al entorno.
Uno de los elementos más distintivos de la Vinícola es su gran chimenea de ladrillo visto, que se eleva hasta los 30 metros de altura y centra el espacio de la destilación, creando un patio encantador. La chimenea, adornada con motivos florales también hechos de ladrillo, representa uno de los últimos vestigios de esta arquitectura industrial que fue tan importante para la historia de la zona. Este conjunto arquitectónico se encuentra cerca del torrente de Torres o de Can Rafeques, añadiendo un elemento natural a la belleza del complejo.
En el año 1922, la sociedad Canet y Sabater adquirió el espacio para instalar allí una fábrica de destilación de licores, y en 1928 se fundó La Vinícola S.A., dedicada a la producción de licores y vinos. Esta nueva actividad recuperó la tradición vinícola de Montbui, que había sido profundamente afectada por la filoxera a finales del siglo XIX, concretamente en 1896. La filoxera destruyó una gran parte de los viñedos de la región, y la producción de vinos cayó drásticamente. La Vinícola consiguió revivir esta tradición vinícola, especialmente con su actividad de fabricación de vinos y licores, y se convirtió en un punto de referencia local.
El complejo fue conocido como "La Fassina del Canet" por los vecinos de Santa Margarida, mientras que la tienda de vinos que los propietarios tenían en la ciudad de Igualada recibía el nombre de "La Vinícola". Esta fábrica fue un elemento clave en la recuperación de la industria vinícola local hasta que la empresa entró en crisis en la década de 1980. En su interior se conserva la sala y el hervidor Canals, la caldera principal de la destilería.
En 1988, el Ayuntamiento de Montbui adquirió el edificio, y los arquitectos Miquel Adrià, Joan Fabregat y Ferran Bermejo llevaron a cabo una rehabilitación para convertirlo en la nueva sede municipal. El traslado del ayuntamiento desde la calle Sant Miquel permitió mejorar las condiciones de trabajo y de atención al ciudadano, ofreciendo un espacio más amplio y acogedor. La rehabilitación mantuvo la esencia de la arquitectura modernista, con una adaptación que convirtió el edificio en un centro cívico multifuncional.