Castell-Platja d'Aro

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Entre el núcleo medieval y el nuevo

El actual municipio de Castell–Platja d'Aro ha sufrido varias transformaciones administrativas, demográficas y económicas desde el siglo XIX hasta la actualidad. El actual municipio, entregado principalmente a la actividad turística, tiene casi 11.000 habitantes, cerca de la mitad alcanzados durante las dos primeras décadas del siglo XXI, sobre todo por la conversión de muchas segundas residencias de veraneo en residencias estables además de la llegada de inmigración.

Se conocen vestigios de los primeros asentamientos neolíticos y calcolíticos en la zona del valle D'Aro desde el 2500 al 2000 aC. Restos de sepulcros de fosa y varios monumentos megalíticos son los testigos de su presencia: los menhires de Vallvanera, los términos de Bell y del Mas Ros y el dolmen de la Cova dels Moros (dolmen literalmente llamado "Cueva de los Moros") entre otros.

De la estancia de los romanos, han quedado los restos de la villa del Pla de Palol, siendo siempre una ocupación dispersa de tipo rural pero con una cierta actividad económica más allá del agrícola como la extracción de arcilla para hacer cerámica, exportada por mar mediante el puerto natural que forma cala Rovira.

Después de la ocupación sarracena, a partir del siglo IX, se inicia la repoblación de la zona con asentamientos dispersos de tipo campesino. El actual núcleo de Castell d'Aro aparece documentado a partir del siglo XI, y ya se menciona el castillo de Benedormiens juntamente con el antiguo asentamiento de Fenals d'Amunt, que se halla en esta época bajo la jurisdicción del abad del monasterio de Sant Feliu de Guíxols. Más adelante, al menos durante el siglo XIV, uno de los linajes de peso de la zona será el de los Llavià, con cierta influencia real y poder sobre la abadía del monasterio de Sant Feliu de Guíxols.

En el siglo XVI aparece documentado el asentamiento de Fenals de Baix, cerca del actual núcleo turístico de Platja d'Aro, y en el siglo XVII se forma la alcaldía real de Vall d'Aro, que abarcaba más allá de la extensión del actual municipio, con Santa Cristina d'Aro y alrededores.

A partir de 1858, después de que la alcaldía se convirtiera municipio, se produce la segregación de Santa Cristina d'Aro, con Romanyà de la Selva y Solius, constituyendo los dos municipios actuales.

Durante el primer tercio del siglo XX nace el núcleo de S'Agaró, en el límite con Sant Feliu de Guíxols, un precedente más bien romántico y elitista de lo que sería la fiebre constructora posterior, más popular, que acabó por urbanizar, a lo largo de la segunda mitad de siglo, la hasta ese momento virgen playa D'Aro y las calas de su entorno. De hecho, acaba siendo cabeza del municipio en 1962 en detrimento de Castell d'Aro, el núcleo principal hasta entonces. En 1995, el núcleo antiguo de Castell d'Aro, junto con la urbanización histórica de S'Agaró y su camino de ronda son declarados oficialmente Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Cataluña.

Culturalmente, hay que destacar la celebración del Carnaval de Platja d'Aro y el Pessebre Vivent (la escenificación del pesebre viviente) en el núcleo de Castell d'Aro. En octubre se celebra también en Platja d'Aro el Oktoberfest, la fiesta de la cerveza alemana a las puertas del otoño.