Paseando por la Clota y la Desfeta

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Para hacer sin prisas

Empezamos en el sector de Cal Vidu, bajo la sombra de robles y encinas, vamos siguiendo la riera de Begues dirección Les Planes. Antes, bajo la casa de campo y masía (el mas, en catalán) Glaçat, encontramos el horno de cal con su nombre.

Llegamos a las vides de la masía Les Planes, la vegetación cambia: al ser más abierta y sin tantos árboles nos permite empezar a ver más allá. Empezamos a bordear la Desfeta por una camino de hormigón que pasa junto a un cobertizo de tiro, ahora en desuso. Aprovechamos para detenernos. Las vistas van de la cima de la Mola a St. Llorenç y el Obac hasta el delta del Llobregat. El castillo de Eramprunyà y la ermita de Sant Miquel de Eramprunyà se dejan ver sobre los riscos rojos de Bruguers. 

El bosque de pinos ha desaparecido y domina la vegetación arbustiva propia del encinar. Seguimos la pista con la opción de llegar hasta la ermita y el castillo. Atravesamos un tramo dominado por el madroño. Vemos la torre de vigilancia en la cima de la Desfeta. A continuación, un sendero de subida nos lleva hacia el collado de la Clota.

El sendero comienza entre pinos y arbustiva de encinar, para ir pasando a vegetación de carrasca donde la coscoja o chaparra es la especie dominante. Los pinos, de nuevo, han quedado dispersos a causa de algún incendio. Por el sendero, entre mayo y junio, se pueden encontrar orquídeas piramidales.

Daremos un paseo por la llanura del Mas Trabal, veremos cómo la vegetación va haciendo desaparecer nuestra huella. Casas de labor abandonadas hace tiempo, como la Clota, o no tanto, como la masía Trabal, e incluso muy recientemente, como las casitas de Can Roure, se ven invadidas por un ejército verde. Llegando a la masía Trabal, al lado izquierdo de la era, todavía encontramos el pozo con agua.

Las barracas de vid, abundantes en este sector, los escombros de las masías, los árboles como los almeces y las higueras, los pequeños fresnos bajo la masía, espacio ahora lleno de lastón y de carrizo, y los campos del valle; todo està acompañado de un silencio roto únicamente por los sonidos de la naturaleza, lo que nos transporta a otros escenarios de nuestro pueblo.

Cruzamos la llanura enmarcada por los montes cercanos: la Clota, la Desfeta, Les Agulles (el más alto, 550 m) y el monte Castellar. Subiremos el monte de la Clota dirección la masía Glaçat. Observemos cuán diferente es la vegetación en el tramo de subida respecto al de bajada a pesar de tratarse de un bosque de pinos en ambos casos. En la subida el bosque se encuentra en un estadio joven, con un sotobosque de lastones poco denso, romeros y otros arbustos no demasiado altos. Después, el sotobosque se hace muy presente, impenetrable, con especies de encinar, robles y encinas jóvenes que se asoman y trepadoras que suben por los troncos de los árboles. Todo ello es síntoma de la transformación de pinar en encinar. Su orientación norte ayuda mucho en este proceso.

Pasamos junto a la masía Glaçat, también escondida bajo la vegetación que quiere recuperar su dominio y bajaremos de nuevo al lado de la riera de Begues para volver al punto de inicio.