Introducción
La primera aportación modernista vendría de la mano del arquitecto Ferran Romeu i Ribot, que en 1897 proyectó una casa para un veraneante barcelonés llamado Manuel Armet, en el Eixample Sur. Se construyó en 1898. La casa es de propiedad particular y ocupa una parcela que linda con tres calles: la carretera, hoy avenida de Gracia, la calle Bergara y la calle de Barcelona.
Es una casa de planta baja con 2 pisos y está construida a pie de calle y adosada al vecino (casa Jover) por la parte norte y con un jardín al sur que da a la avenida de Gracia. En la esquina, entre Bergara y Barcelona se alza el molino de viento y el depósito del agua del mismo arquitecto (se construyeron en 1899). A finales del siglo XIX no había suministro domiciliario de agua y cada vivienda tenía que procurarse el suyo. Por ello, la casa dispone de un pozo con sistema de extracción de molino.
Esta construcción demuestra la influencia de los edificios barceloneses modernistas como la Casa Martí, que Puig y Cadafalch acababa de construir dos años atrás. Ferran Romeu, conjuga por primera vez el uso del ladrillo, la piedra, la cerámica y las estructuras de madera. Destaca la compleja concepción de las fachadas, el juego de volúmenes, la diversidad formal de las aberturas y el cromatismo logrado por la combinación de la obra vista con la cerámica vidriada. Con todas estas características y el uso de elementos goticistas como los dinteles de las ventanas, se demuestra la influencia historicista (dentro del modernismo) de Puig i Cadafalch.
Así tenemos que el volumen y la composición son totalmente asimétricos, de mucha claridad y todo queda resaltado por la presencia de detalles y soluciones constructivas muy elaboradas e imaginativas.
Como ejemplo:
- los arquitrabes de la segunda planta
- el friso de mayólicas que sigue el volumen de las fachadas
- la combinación de mayólicas (cerámica con un acabado vidrioso especial. La terracota es la base, y se le aplica un esmalte metálico) y enlucido a las barandillas
- la valla formada por arcos invertidos.
- en la fachada que da a la Avenida de Gràcia destaca la balconera del primer piso y una dintel gótico.
- en su interior se encuentra todo el juego de alicatados, carpinterías y forja que forma la ornamentación de las casas modernistas.
Del conjunto destacan tres cuerpos singulares:
- la torre-mirador en la fachada principal, con xapitell (remate de la parte superior de la torreta) cónico recubierto de cerámica de trencadís
- la torre cilíndrica que contiene el molino de viento
- el depósito de agua, elevado sobre pilares de ladrillo visto.
Frente a la calle Barcelona también se encuentran las cuadras y las antiguas cavas, de construcción más sencilla.
Esta casa es el ejemplo más relevante del modernismo en San Cugat, junto con la casa Lluch.