Introducción
Las cabañas o barracas de piedra seca han sido siempre vinculadas a los trabajos del campo, sirviendo tanto como de cobijo en caso de mal tiempo, como para guardar las herramientas del campo. Hay cabañas de viña, de olivar y de pastor, pero en la zona del Cap de Creus son principalmente ligadas al cultivo de la vid, el cual tiene su punto álgido durante los siglos XVIII y XIX.
El cultivo de la vid en el Cap de Creus nace impulsado por el monasterio de Sant Pere de Rodes, aumentando considerablemente cuando la filoxera afecta gravemente los viñedos en Francia. Con la llegada de la filoxera también en el Empordà, la actividad en la viña decae, provocando una grave crisis y originando migraciones.
A diferencia de las cabañas de piedra seca de otras zonas del Empordà, donde la piedra es caliza, en la zona del Cap de Creus están hechas utilizando pizarra.