Introducción
Concretamente en este tramo, justo al girar para emprender el camino de Llabià, se pueden observar claramente restos de margen de piedra seca en el talud de la derecha del camino, haciendo la doble función de proteger el margen de los cultivos que tenemos encima y haciendo de límite del camino.
Estos restos suponen, en la medida que aguanten o hasta que alguna alma bondadosa se ponga manos a la obra para restaurarlos, un flanco de memoria popular por una técnica ancestral cuya durabilidad ha quedado más que probada a lo largo y ancho del país.
Piedra sobre piedra, estratégicamente colocadas, según las leyes de la gravedad, de los pesos y las inclinaciones, han podido llevar a cabo en unas perfectas condiciones su función principal inicial: el sostenimiento de los terraplenes más expuestos de los caminos y de los bancales de correo. En este caso concreto, además, tenemos un ejemplo de disposición de las piedras superiores utilizando la antiquísima técnica denominada opus spicatum (obra en forma de espiga).