Introducción
El cultivo del olivo ha tenido y mantiene una importancia capital en estas tierras, y no merece de ningún modo el desprecio de obviarlo.
El olivo (Olea europaea) es una especie de árbol autóctona del Mediterráneo, muy importante para las culturas y civilizaciones que han evolucionado en esta región. Se ha demostrado que ya se utilizaba en la cultura íbera por la leña y la madera, para construir con ellas objetos; también por su fruto, para elaborar aceite. La cultura íbera está del todo presente en el poblado de Ullastret, el mayor poblado íbero de Cataluña, y en los otros asentamientos próximos. Es muy probable que este cultivo sea aquí muy antiguo, y que cobrase mayor importancia con la llegada de la cultura griega a Empúries, donde se han llegado a encontrar monedas de diseños con ramas de olivo. Pero la importancia no era tan solo económica; también era simbólica, porque a los ganadores de las Olimpiadas se los coronaba con las ramas del olivo.
Antiguamente, el monte Puig de la Font Pasquala era tierra de olivos, pero el abandono de la actividad agrícola ha contribuido a que los pinares dominen el paisaje.