Introducción
Vemos delante la Cala Montjoi. En las rocas del Puig Rodó (derecha) hay un refugio y restos de otros, de los pastores de mediados del s XX.
En estos collados y partes altas por encima de los bancales de viña, dominaban los pradejones de pasto donde había corrales y cabañas. El Pla de les Gates, siguiendo la pista (1000 m) hasta la Tumba del General, es un buen ejemplo.
Estos espacios abiertos son un buen lugar para ver pájaros, también pastando entre la hierba y que de vez en cuando, se ponen en los arbustos cercanos. En invierno se hacen grandes bandadas que revolotean de aquí hacia allí.
Encontraremos al jilguero, la cogujada montesina, la tarabilla norteña, el pardillo, la perdiz y el bonito escribano hortelano (foto), entre otros. Mirando al cielo podemos ver sobrevolar la protegida águila perdicera o el halcón peregrino. Por las rocas cercanas del Puig Rodó viven el roquero solitario, los cuervos y los vencejos.
Por cierto, si no encontráis los restos megalíticos, no sufráis, nosotros tampoco.