Can Mata - Cal Gaitó

Flag

Las sierras de poniente.

Esta vuelta, de más de 5 horas en total, es el límite de las BATERÍAS de los teléfonos. Leed los consejos en SABER + de la App para ahorrar batería. También podéis llevar una batería de repuesto o algún sistema de carga con USB.

Es un recorrido de fácil orientación. No tomamos caminos ni senderos perdedores. Siempre seguimos la pista principal. Sólo será necesario que verifiquéis la posición en los cruces.

Comenzaremos por una carretera local que nos subirá entre encinares hasta Can Mata. Cruzaremos la hondonada de Cal Sidro con bonitos ejemplares de laureles (Laurus nobilis).

Arriba la cresta de la sierra Morena o de Can Cuní, las plantaciones de pino piñonero se alternan con otras de pinos rodeno. Las vistas, cuando la cada vez más alta vegetación arbustiva lo permite, se alargan hasta sierras cercanas tanto en dirección levante (Hostalric) como poniente (Campins). Siempre, el Montseny detrás y la cordillera Litoral con el macizo del Montnegre delante. En medio, la llanura del Tordera que marcha hacia la Selva. Abajo, el valle de Gualba y el pueblo escondido bajo una nube, ahora verde, de copas de pinos y plátanos.

Sentimos los ratoneros sobrevolar por encima nuestro y los pájaros carpinteros escondidos entre alcornoques y pinos van abriendo bellotas. Los arbustos dominantes son los madroños, los brezos arbóreos y los falsos aladiernos de hoja estrecha.

Bajando, pasadas las casas de Can Gavardina y Can Mirabó, cruzamos el torrente de Can Cambó y subimos una nueva sierra. Es la pequeña sierra de Can Cambó. Nuevamente, pinares y alcornocales en las partes altas. En las umbrías y proximidades de los torrentes, el encinar salpicado de hermosos robles toma el protagonismo. El bosque parece más húmedo y favorable a las setas. Su espesor da refugio a los jabalíes.

Llegados a Can Cambó, cruzamos la carretera para Ca n'Amat. Pasado un antiguo tramo de la carretera vieja bajo la alineación de plátanos, enlazamos con el Camí Ral que nos devolverá al pueblo, en ligera subida. Iremos por la llanura junto a la riera, ocupada por cultivos, pastos y plantaciones de plátanos. Las numerosas masías se suceden formando bellos mosaicos como el de la Barceloneta.

Un último tramo, por un camino fresco bajo el bosque cerca del torrente, nos hace pasar al lado de Can Dragó y las Cases Blanques hasta cruzar la riera de Gualba. Alisos, avellanos, algún olmo y helechos como el polístico, hacen de esta riera de aguas permanentes, un elemento paisajístico de elevado valor natural. Cruzando el puente, tomaremos el camino del paseo de la Riera para entrar al pueblo por Can Blanxó.