El llano de Ullà y la esclusa del Ter

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La llanura, las manzanas y el río

Salimos del núcleo urbano del pueblo de Ullà, uno de los aparcamientos de la calle del Mestre Eliseu Carbó. Antes de adentrarnos en el pueblo, sin embargo, que haremos en dos fases, tanto en la ida como en la vuelta, saldremos directamente para tomar un camino que, saliendo brevemente a las afueras, nos llevará hasta delante del Mas Xiquet, una de las masías notables de la zona.

Ahora sí emprendemos la primera fase de la visita al pueblo, pasando por el portal de la calle Muntanya, la placita de Sant Andreu, la iglesia y la calle de Jerónimo Pujol, de donde saldremos del núcleo para ir a buscar decididos el llamado Camí Fondo, que nos llevará sin vacilaciones a atravesar la llanura agrícola de Ullà.

La llanura nos obsequia, principalmente, con acequias y visiones lineales de manzanos en hilera, pero también nos podemos dejar seducir por los pequeños detalles: una hilera de cipreses protectores de los embates del viento, un roble centenario, un taray que crece y crece, una acequia llena de vida...

Más abajo, ya cerca del río Ter, dejamos el Camí Fondo y giramos siguiendo la dirección del río, como si quisiésemos acompañarlo hasta el mar. El río, aunque ya muy cerca, se oculta de nuestra vista tras unos espesos cañaverales y los árboles de ribera. Como también se ocultaron de los estragos de la Guerra Civil quienes pasaban ratos en el refugio que encontraremos en este lugar. Más adelante, el camino se difumina, la vegetación y las crecidas del río cambian a menudo el aspecto de la zona. Por suerte, sin embargo, tenemos el punto de referencia de los cultivos, que encontraremos un poco más adentro, protegidos del cierto desorden fluvial. Si vamos en bicicleta, aquí quizás tendremos que apearnos y hacer un breve tramo a pi.

Recuperamos los caminos agrícolas y, ahora sí, el río se nos mostrará con toda su amplitud, justo al lado de una arboleda que nos ofrecerá una buena sombra. Más adelante, la esclusa, donde el agua juega a desviarse hacia aquí y hacia allá, ajena a su destino productivo.

Ahora ya estaremos cerca del pueblo, donde entraremos por otra parte, aprovechando para echar un vistazo a la calle dels Bous, la plaza del Ayuntamiento, la calle de la Volta y la calle de la Muntanya, hasta reencontrarnos en el punto de inicio de la paseada.