Ruta a Pedralta y el Pico de les Cols

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Dominio visual del mazizo.

El macizo de Ardenya Cadiretes, se caracteriza por su relieve suave, cubierto en la mayor parte por bosques de alcornoques y salpicado de afloramientos graníticos, algunos de ellos, con modelados singulares como el bloque de Pedralta.

Salimos de los ‘‘3 caminos’’ una vez pasada la urbanización de la Casa Nova, rodeando el Pico d’en Jofre por un bonito sendero hasta encontrar la carretera asfaltada que sube a la llanura de Pedralta. Los pinos piñoneros, los pinos rodenos y alcornoques nos esconden las vistas. Tendremos que esperar a llegar a la Ermita de Pedralta para subir a la cima del Mirador. Una vez allí, ya tenemos las primeras vistas sobre la costa de Sant Feliu a Palamós, del macizo de les Gavarres con Santa Cristina d’Aro justo debajo y de las llanuras gerundenses y selvatanas. Vistas que ampliamos si giramos la cabeza al noreste.

Después de permanecer cerca de la ermita y de gozar de la singularidad del bloque de Pedralta (anteriormente basculante), salimos sin perder altura dirección suroeste hacia el Pico de les Cols. Antes subiremos y bajaremos por senderos empinados, envueltos de encinas pequeñas, con la corteza quemada por el fuego. Los brezos, madroños y enebros son los arbustos dominantes que nos van cortando el paso por el camino hacia los senderos más estrechos. En los claros, el romero, la estepa y la perpetua (dónde el suelo es más fino), nos regalan notas de color.

La cuesta al Pico de les Cols (409 m) es bonita y divertida. Es preciso ayudarse de las manos para superar algunos peldaños de piedra. Una vez en la cima, las vistas de 360º son espectaculares. Las sierras pre litorales del Montseny y de les Guilleries, el sistema transversal con el Collsacabra y las sierras de Finestres y Rocacorba, el Montnegre, les Gavarres, las llanuras de la depresión pre litoral, el Pirineo Oriental con el Canigó como símbolo destacado. En conjunto, una lección de geografía al aire libre.

Hacia abajo, por una fuerte pendiente entre bloques de granito rosado, vamos encontrando algunos hitos del término. Hay que prestar atención para no perder el camino ni tropezar. Llegamos al collado de l’Escorp, dónde vale la pena acercarse al menhir del Terme Gros. Un poco más abajo llegamos a la Creu y al collado d’en Barraquer.

Ahora, en bajada suave, vistas al Pico Gros, volvemos al punto de salida, nuevamente entre bosques despejados de alcornoques pequeños que han sufrido los efectos del fuego. Cerca del sendero, los bloques de granito rosado se han despegado de las partes altas, haciendo una composición natural acertada con las pequeñas encinas de tronco negro.