Puig de L'Àliga

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La bahía a vista de águila.

Salimos desde delante del club de pádel Rescator del Mas Oliva de Roses. Subimos suavemente por una pista que se adentra en el valle de la Alzeda. Justo antes de llegar a la masía que da nombre al valle, en una curva del camino, encontraremos plantado desde hace varios cientos de años un enorme olivo. Llegaremos hasta la masía, está deshabitada y en ruinas, solo algunas ovejas y cabras pastando sus prados dan vida a este espacio solitario. El camino sube fuertemente flanqueando un alcornocal de encinas bastante grandes que hace muchos años que no se les saca el corcho.

Pronto tendremos una buena perspectiva sobre el valle y la villa de Roses. A medida que cogemos verticalidad los brotes con olivos silvestres, lentiscos, brezos, estepas, aulagas, tojos, etc., dejan al descubierto los esquistos oscuros y de colores oxidados cubiertos de líquenes multicolores. Llegaremos al Pla de Can Causa, otra masía en ruinas en un paraje imponente. Lo primero que nos llama la atención, es la cúpula esférica de la base militar que corona el Puig del Pení (607 metros). Este es el punto más elevado del término de Roses y Cadaqués. Al Norte, limitando los términos de Palau-Saverdera y Selva de Mar, Sant Salvador (670 metros) es el pico más alto de la Serra de Rodes.

Giraremos hacia Poniente y nos subiremos por la cresta, aquí las condiciones para la vegetación son extremamente duras, fuertes vientos, sequía, pastos, incendios, etc. Las plantas adoptan formas postradas y se protegen entre los bloques de piedra del Cim de l'Àliga (463 metros). Desde aquí podemos contemplar una amplia vista sobre la Bahía de Roses al Sur y la del Port de la Selva al Norte.

Bajaremos siguiendo la cresta, perderemos altura rápidamente hasta un collado donde sobre unos bancales muy desdibujados de antiguos viñedos crecen unos enrollados alcornoques. Al llegar a las inmediaciones de Mas Oliva reencontramos los olivares de donde se extrae el preciado aceite de las variedades argudell y verdal.